¿Qué son las infecciones urinarias?
Las infecciones urinarias son una patología frecuente en la infancia y una de las causas más comunes de consulta en el servicio de urgencias pediátricas. Las manifestaciones clínicas pueden ser inespecíficas en los lactantes y niños pequeños; sin embargo, en los niños mayores la sintomatología es más específica, con la aparición de fiebre, dolor en flanco, puño percusión renal positiva y signos de irritación vesical como disuria, polaquiuria, tenesmo e incontinencia.
El diagnóstico definitivo confirmatorio se realiza mediante cultivo de orina. El conocimiento sobre los factores de riesgo, junto con ciertas consideraciones de valoración clínica y epidemiología, son esenciales para encaminar las estrategias preventivas de las infecciones urinarias.
Signos y síntomas
En los recién nacidos, los signos y síntomas de la infección urinaria son inespecíficos y consisten en mala actitud alimentaria, diarrea, retraso de crecimiento, vómitos, ictericia leve (en general por elevación de la bilirrubina directa), letargo, fiebre e hipotermia. Puede sobrevenir sepsis neonatal.
Asimismo, los lactantes y los niños <= 2 años con IU pueden presentar escasos signos de localización, como fiebre, síntomas digestivos (p. ej., vómitos, diarrea, dolor abdominal) y orina maloliente. Alrededor de 4 a 10% de los niños febriles sin signos de localización presenta IU.
En los niños > 2 años, puede observarse el cuadro más clásico de cistitis o pielonefritis. Los síntomas de cistitis son disuria, frecuencia, hematuria, retención urinaria, dolor suprapúbico, necesidad imperiosa de orinar, prurito, incontinencia, orina maloliente y enuresis. Los síntomas de pielonefritis son fiebre alta, escalofríos, y dolor a la palpación costovertebral.
Los hallazgos físicos que sugieren anomalías asociadas de las vías urinarias son masas abdominales, aumento de tamaño de los riñones, alteración del orificio uretral y signos de malformaciones vertebrales inferiores. La disminución de la fuerza del chorro de orina puede ser el único indicio de obstrucción o vejiga neurogénica.
Diagnóstico
- Análisis de orina y urocultivo.
- A menudo, estudios imagenológicos de la vía urinaria.
Pronóstico
Los niños tratados de manera apropiada rara vez progresan a insuficiencia renal, a menos que presenten anomalías de la vía urinaria que no pueden ser corregidas. Sin embargo, se considera (aunque no está demostrado) que la infección reiterada, sobre todo en presencia de reflujo vesicoureteral, causa cicatrización renal, que puede llevar a la hipertensión y la nefropatía terminal. En niños con reflujo vesicoureteral de alto grado, la tasa de cicatrización a largo plazo detectada es de 4 a 6 veces más alta que en aquellos con reflujo vesicoureteral de bajo grado y de 8 a 10 veces más alta que en los niños sin reflujo vesicoureteral.
Tratamiento
- Antibióticos.
- En el reflujo vesicoureteral grave, a veces profilaxis antibiótica y reparación quirúrgica.